Al día siguiente desde las montañas
Viajaba por las calles de pústula
A hombros con la verdad
A paso sonoro trotaba
Despertando tranquilidad
Esquivando las cilíndricas palabras
Que con esperanza gritaba
De la mano de la felicidad
Con el pueblo, la miseria
La necesidad y el dolor
El aliento de un sueño
Guiado por el rastro
De las abiertas heridas
Cuando la justicia cojeaba
Con la miopía entre el puño
En busca de un mito celeste
Vio la realidad…
El estudio descalcificado
Reflejaban el veneno
Cuando en las urnas
Pedían bondad
Trabajo como palabra oxidada
Desaparecido elogio
Que como la tierra, un rastrojo
Exigía equidad.
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