domingo, 24 de julio de 2011

“POR EL OBRERO Y POR COLOMBIA”


La masacre de las bananeras (1)

En Colombia, con las primeras luces del Siglo XX los yacimientos de petróleo, oro, platino y otros preciosos metales son casi regalados a empresas estadounidenses e inglesas. A sociedades de estas naciones son entregados extensos territorios para la explotación sin moderación de banano, cacao, tabaco y caucho. Con el beneplácito del gobierno, el personal empleado por estas compañías era tratado como en la época de la colonia.
La industrialización iniciada en aquellos primeros veinte años dio nacimiento a una burguesía urbana, y asimismo a un sector obrero que comenzó a reclamar mejoras sociales. Siguiendo su ejemplo, campesinos, indígenas y artesanos también procuraron organizarse. Estos incipientes movimientos reivindicativos dieron paso a las primeras organizaciones sindicales y políticas.
Ese embrionario proceso organizativo recibió un aliciente externo decisivo. En octubre de 1917 se produjo la Revolución de Octubre en Rusia, liderada por Vladimir Lenín, y el establecimiento de la Unión Soviética, estableciéndose la primera experiencia de construcción del socialismo. Este acontecimiento pasaría a influir de manera determinante en el pensamiento político y social mundial, como lo había sido la Revolución Francesa en 1789. Colombia no podía ser la excepción, menos cuando la palabra “socialismo” no era desconocida en círculos de la intelectualidad liberal.
Ahora la igualdad social se veía como posibilidad. A base de movilizaciones y huelgas se fueron logrando derechos y concesiones inimaginables unos años antes, siendo los obreros petroleros de la Tropical Oil Company quienes estuvieron en la vanguardia de la lucha.
A los ojos del gobierno conservador, de la oligarquía y de la jerarquía eclesial -la mayor latifundista de la nación-, toda la organización y el descontento social eran prueba de la existencia de un complot comunista internacional para acabar con sus propiedades y vidas. Su paranoia aumenta cuando en 1926 se crea el Partido Socialista Revolucionario, alternativa a los partidos tradicionales, Liberal y Conservador. Aunque un sector importante de la intelectualidad liberal favorecía los cambios sociales, no por establecer el socialismo, sino por modernizar un Estado que manejaba al país como un mayordomo.
Desde el gobierno, el parlamento, los púlpitos y periódicos, las prédicas no daban tregua contra la “subversión bolchevique”. Aterrorizados, la dirección conservadora y los jerarcas católicos decidieron actuar estratégicamente.
A mediados de 1927, el ministro de Guerra, Ignacio Rengifo, un intelectual que antes se había declarado “revolucionario”, expresó: “Al amparo del ambiente de amplia libertad que se respira en el territorio colombiano no pocos nacionales y extranjeros por su propia cuenta, o en calidad de agentes asalariados del gobierno soviético, hacen por doquier activa y constante propaganda comunista.” (2)
Rengifo fue el principal inspirador de la Ley de Defensa Social, más conocida como “Ley Heroica”. Promulgada en octubre de 1928, ésta marcó la pauta en la concretización de un marco teórico altamente represivo. Con ella Colombia se adelantó a los teóricos de las guerras colonialistas europeas y estadounidenses, formulando una doctrina destinada a combatir a lo que se conocerá a inicios de los años sesenta como “enemigo interno”. La Ley inscribía como “subversiva” la acción reivindicativa, política y social de los sindicatos y organizaciones populares nacientes.
Finalizando el Siglo XIX la empresa estadounidense United Fruit Company se instala en Santa Marta, en el Caribe colombiano. El gobierno no solo le entrega extensos territorios, sino los privilegios que no tenían otras empresas extranjeras. La United pasó a funcionar y actuar en la inmensa región como una república independiente.
Para 1927, más de 25 000 personas trabajaban en las plantaciones de la United, con jornadas de 12 horas mínimo. Los obreros no recibían salarios en dinero: se les entregaban bonos que únicamente podían ser utilizados en las tiendas de la empresa, a cambio de productos transportados desde Estados Unidos en los barcos que habían llevado el banano. Además de no contar con asistencia médica, los trabajadores dormían amontonados en barracas insalubres. Existía un sistema de contratistas intermediarios como único vínculo laboral, y así la frutera se desatendía de las obligaciones básicas con los trabajadores. Buscando remediar esto, el sindicato presentó un pliego de peticiones.
Las negociaciones, que no avanzaban, se estancaron cuando se aprobó la Ley Heroica. La United rechazó el pliego al considerarlo subversivo. A los trabajadores no les quedó otra alternativa que ir a la huelga el 12 de noviembre de 1928. La consigna era: “Por el obrero y por Colombia”. Lógicamente, el movimiento fue catalogado como “subversivo” por el gobierno, la iglesia y la prensa. Se aseguró que “agentes de Moscú” habían desembarcado clandestinamente para preparar la insurrección.
Los Directivos de la United exigieron al gobierno la presencia del ejército. Inmediatamente el presidente MIGUEL ABADÍA MÉNDEZ declaró el estado de sitio en la zona, encargando al general CARLOS CORTÉS VARGAS de acabar con la “banda de malhechores”. El centro de mando militar se ubicó en las dependencias de la compañía, donde la oficialidad tenía a disposición licores, cigarrillos, un salario, y la posibilidad de realizar grandes bacanales con las prostitutas “recogidas” en la región. (3)Se debía proteger en prioridad la vida de los directivos de la United, todos estadounidenses, pues se decía que los trabajadores los iban a degollar junto a sus familias.
El clima laboral se deterioró y los trabajadores realizaron mítines permanentes y bloqueos de la vía ferroviaria por donde iba el banano al puerto. El 5 de diciembre fueron convocados los huelguistas a la población de Ciénaga con el pretexto de recibir al gobernador, quien supuestamente iba a participar en la negociación. Pero nunca llegó. En su lugar estuvo el general Cortés Vargas, quien, a las 11 y media de la noche, expidió el decreto que ordenaba disolver "toda reunión mayor de tres individuos" y amenazaba con disparar "sobre la multitud si fuera el caso". Pero en la madrugada del 6 el general Cortés, completamente borracho,
Dos horas después el militar, completamente borracho, leyó el decreto sobre perturbación de orden público frente a la multitud que se encontraba durmiendo en la plaza. Al finalizar, mientras algunos huelguistas gritaban “¡Viva Colombia!”, “¡Viva el ejército!”, y se negaban a desalojar la plaza, ordenó a la tropa disparar las ametralladoras emplazadas sobre los techos. (4)Posteriormente el militar dijo, "era menester cumplir la ley, y se cumplió".  Se ha calculado que había unos cinco mil campesinos, muchos acompañados con sus mujeres e hijos, rodeados de 300 soldados.
Los que no murieron instantáneamente fueron rematados a bayoneta, o se les enterró vivos en fosas comunes. En los trenes de la empresa se embarcaron centenares de cadáveres y llevados hasta el mar, donde se echaron como al banano de mala calidad. Tal como contara García Márquez en “Cien años de soledad”.
Se decretó la persecución para todos aquellos que quedaron vivos, sin diferenciar si trabajaban o no para la United. Otros cientos fueron brutalmente golpeados y encarcelados, mientras a los líderes se les juzgaba rápidamente en tribunales militares.
La matanza duró varios días, hasta que la noticia se expandió por el país a pesar de la censura de prensa instaurada, y se empezaron las movilizaciones de protesta. Para la United y el gobierno las cosas seguían como si nada hubiera pasado, al punto que el general Cortés firmó por los obreros un “arreglo laboral”.
Algunos trabajadores se organizaron en especie de guerrilla y quemaron plantaciones, sabotearon el servicio telegráfico, eléctrico y cortaron las carrileras de la empresa. La zona estuvo militarizada casi un año.
El general Carlos Cortés Vargas reconoció nueve muertos. El gobierno trece y 19 heridos. El 16 de enero de 1929, el diplomático estadounidense Jefferson Caffery reportó al Departamento de Estado: “Tengo el honor de informar que el representante de la United Fruit Company en Bogotá, me dijo ayer que el número de huelguistas muertos por las fuerzas militares colombianas pasa de un mil.” Pero la comisión de investigación del Congreso, encabezada por Jorge Eliécer Gaitán, descubrió fosas comunes, por lo tanto es seguro que las víctimas fueron más de 1.500.
El militar explicó su decisión argumentando que existía una situación insurreccional, que podría llevar a que tropas estadounidenses desembarcaran para proteger los intereses de la frutera. Y él quiso evitar una invasión a Colombia.
El Presidente de la república felicitó al general Cortés Vargas por haber salvado al país de la anarquía. Mientras el editorial del diario liberal El Tiempo, del 17 de diciembre decía: “resta averiguar si no hay medidas preferibles y más eficaces que las de dedicar la mitad del ejército de la República a la matanza de trabajadores.”
Durante la presentación de la investigación parlamentaria, en septiembre 1929, JORGE ELIÉCER GAITÁN, en una enardecida denuncia señaló a la oligarquía como responsable de la masacre. Del clero dijo: “aquellos misioneros de Cristo son fariseos que traicionan su doctrina, descuidan sus deberes para entrar en la palestra de las menesterosas luchas políticas, terrenas e interesadas”.
Gaitán constataría que se había aplicado contra los huelguistas, en favor de los intereses estadounidenses, la política del “enemigo interno”: “No es que yo niegue que una gran agitación de justicia social recorre de uno a otro extremo del país para todos los espíritus. Ella existe, pero no como fruto del comunismo, sino como razón vital de un pueblo que quiere defenderse contra la casta de los políticos inescrupulosos … Así proceden las autoridades colombianas cuando se trata en este país de la lucha entre la ambición desmedida de los extranjeros y de la equidad de los reclamos de los colombianos … Naturalmente no hay que pensar que el gobierno ejerció ninguna presión para que se reconociera la justicia de los obreros. Estos eran colombianos y la compañía era americana, y dolorosamente lo sabemos que en este país el gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida, y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano.” (5)
La matanza de las bananeras no generó ninguna responsabilidad penal ni política. El general Carlos Cortés Vargas fue ascendido a director de la Policía Nacional. Pero ostentaba ese cargo cuando fue destituido, no por la masacre de las bananeras sino por el asesinato de un joven, el 8 de junio de 1929, durante una protesta callejera en Bogotá. Era un estudiante de la élite bogotana e hijo de un amigo del presidente Abadía Méndez. La oligarquía y el alto clero se escandalizaron. Por igual motivo también fue destituido el ministro Rengifo, el que antes había sido elogiado como el hombre providencial del régimen.
Desde ese momento se demostró la asimetría moral y política del sistema que se construiría en Colombia.
Notas:
(1)Calvo Ospina, Hernando. Colombia, historia del terrorismo de Estado. Editorial Akal. Madrid, 2008.
(2)Rengifo, Ignacio. Memorias del Ministerio de Guerra. Bogotá, 1927.
(3)El desarrollo de la huelga y la posterior represión que sufrieron los trabajadores, está en la investigación realizada por el representante liberal, Jorge Eliécer Gaitán, y presentada al Congreso de Colombia en septiembre de 1929.
4) Sánchez, Ricardo, Historia Política de la Clase Obrera en Colombia, Ed. La Rosa Roja, Bogotá, 1982.
5) Gaitán, siendo candidato a la presidencia, y convertido en el gran enemigo de la oligarquía, fue asesinado el 9 de abril de 1948 en Bogotá. Esto desató lo que se conoce como la “Época de la violencia”, que en 6 años dejó unos 300 mil muertos, casi todos campesinos.
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SUENO DE GUERRILLERO






Caminando por largos senderos donde solo veía grandes hojas verdes, tallos negros altos y la punta de un fusil que se mesia lado a lado mientras descansaba sobre el lomo de el soldado de adelante, mis piernas en ellas unas botas sucias negras que nunca había visto, rostros paliduchos que carcomían las esperanzas de los compañeros, reflejando los sufrimientos y angustias, soldados hambrientos dejaban ver en silencio el esfuerzo por avanzar , Así pasaron largas jornadas y mis botas para entonces ya se atrasaban por doquier sobre la tierra en medio del pasto, como si mil kilómetros hubiéramos caminado, de mi cara goteaban enormes vasos de agua y no parábamos a descansar, se hacían ya largas horas, el pesado aire entraba y salía como huyendo de mis pulmones, mi hombro rojo inclinado por un arma aka 47 que nunca había ni tocado y para entonces pesaba más que yo mismo, en mi espalda un bolso verde a medio recogido, apretado como si el aire y el agua le tuvieren que pedir permiso para abordar, no sabía ni que había por dentro, como casi amaneciendo, un compañero anunciaba, llegamos y no había terminado la palabra cuando a lado y lado aparecieron rostros similares, algunos con botas negras de caucho y otros militares, y como una especie de fila desordenada íbamos adentrándonos entre ellos, que al parecer eran más o menos la cantidad similar a nosotros, una agua de panela y un pesado de pan duro eran un manjar en ese momento, arroje a un lado mi fusil y el maletín y me dedique al suculento descanso, pero antes como perro hambriento devore ese pan tosco y duro pero delicioso y esa agua de panela como si fuese cualquier gaseosa de ciudad , no había energía, tan solo la luz que apenas comenzaba arrojar su aviso que ya estaba amaneciendo, estire los pies y cerré los ojos. Sea delineado un mundo del que no tenía idea de su existencia, hasta ayer donde cada imagen me resulto un completo, otra vez caminando pero en medio de una carretera con unos zapatos casi rotos ,las raspaduras mostraban lo viejo que eran, una camisa como dos tayas más que la mía, un pantalón café sucio y de tela barata que no conjugaba con la vieja camisa, que de no ser por un cinturón este que traía la hebilla oxidada, bastaba con dos pasos para tenerlos en las rodillas, no sabía mi destino pero sin embargo miraba atrás por si un automóvil pasaba para sacarle la mano , ahí fue cuando note que entre dos bolsillos traían algo, deje deslizar mis manos, en medio de ellos un una bolsa como de color azul y blanco amarradas en la punta por un caucho, dejaban ver un manojo de billetes apenas pude apreciar mi rostro y una sonrisa se dibujaba entre mis labios y asombrado y sin respuestas de donde avían salido, solo solté la risa y revise el otro, y lo mismo era una buena cantidad, había dado ya tres pasos y sentí que había ya gastado todo, junto con mis neuronas, no sabía cuánto dinero era pero era bastante, ya no quería parar un carro y creo que pasaron como tres, por temor no quise, ahora solo pensaba en un teléfono para llamar un taxi o una camioneta para que me recogiera, al instante recordé que cargaba un bolso y de una lo arroje en medio de esa carretera destapada en medio de la tierra a ver si daba con la fortuna de hallar mas dinero, que desilusión me dio, cuando abriendo el broche se veía mi portátil y tres pantalones dos camisas y una toalla eran las únicas pertenencias, sin embargo cerré el broche y seguí adelante, no se cuanto tiempo paso pero al parecer descubrí que con plata no me daba hambre sin embargo donde hubiere visto una tienda la hubiera devorado toda, a unos quinientos metros visualizaba sobre una recta en la carreta como gente, supuse que eran campesinos y podían orientarme así que apresure el paso, sin embargo cuando más me acercaba más clara era la imagen , un pelotón de soldados  sobre un puente en medio de un reten, no me pareció problema para mí y seguí, -para donde va pregunto un soldado, era del ejército de Colombia,- y respondí ,para la casa soy de Neiva –y que hace usted por acá déjeme ver sus papeles  insistió … no respondí y no me pareció obstáculo buscar en medio de mi billetera mi cedula, se la pase y él soldado se aparto, no habían pasado diez minutos cuando a mi espalda se pararon tres soldados y de regreso el soldado que tenía mi cedula diciendo con voz hiriente y fuerte dejando ver un tono de ira – y la creía fácil no maricon guerrillero , yo me quede asombrado y le respondí que se estaba equivocando, para entonces mi rostro daba un giro y la preocupación me abordaba el aire se movía despacio y aun sin saber donde andaba mire así los lados y el brazo de uno de los soldados de atrás me cogió la maleta , y mi única reacción fue hacerme a un lado ellos, alzaron sus rifles a la altura de mis ojos y hay si supe que era miedo, para entonces no estaba esposado y ellos aun no me habían requisado solo me gritaban –quieto arrójese al suelo, asustado y  temeroso echaba hacia atrás asta tropezar con la baranda del puente mire atrás y un rio dejaba ver su caudal en medio de la altura, mientras se acercaban los soldados con el rifle apuntado no pensé y me arroje de espaldas ,el agua me arrastro unos kilómetros y a la orilla fui a dar, al ponerme de pie corrí como loco y sin saber por qué, no pensaba, mi estudio en el derecho me había abandonado, por que no había pensado en él para entonces, por mis neuronas solo pasaban en la astucia de escapar, después de correr por la orilla rio abajo encontré un caño por donde salía agua negra y parecía vomito, creo que tuve que haber dejado hay  medio intestino o por lo menos el atún y los huevos revueltos que me había hecho una muchacha que creo se llamaba Tania, esos que hasta sin sal y acompañados de pura agüita, hay quedo todo, al pasar los minutos sentí unos pasos como en marcha y me adentre al fondo del cañón, mi pantalón mojado mis zapatos rodeados de una sustancia  como barro y no quise en ese momento ni tocar y menos imaginar si era o no barro preferí intentar engañar mi mente al fondo una cuneta sin salida y con el agua hasta un poco más arriba de las rodillas me senté y intente esconderme, eran tres soldados  y una mujer que decía ese hp no se nos pudo escapar el anda por acá sigamos, con mi cabeza sumergida dentro del agua no podía escuchar mucho, lo que si me dio descanso fue que dieron la espalda y se marcharon, al pasar unos minutos  entraron corriendo 3 campesinos se le notaba por la vestimenta y muy asustados creo que igual o más que andaba yo, nunca los había visto y les pregunte -que paso?, uno respondió- están buscando gente para subirla a un camión creo que están buscando guerreros y a nosotros casi nos suben toco que salir corriendo no había terminado cuando detrás unas sombras cortaban el sonido del agua, entre nosotros en miedo y el silencio eran los aliados y cuando cinco soldados aparecieron diciendo- ratas hijueputas ratas las vamos a matar acá- ya perros, salgan a ver, ahora si no son machitos salgan volvía a gritar otro soldado mis labios que en otras ocasiones hubieran contestado el temor los paralizaban , no era el frio ni el olor nauseabundo pero brincaban el uno y el otro creo mis rodillas entunadas como si el agua convirtiese en cemento me encontraba pegado al piso, un soldado me agarro por arriba de la camisa y  me dio un puntapié empujándome asía la salida apenas mi musculo del muslo izquierdo sintió su bota de una me pare y como un perro de casa obedeciendo a todo, así uno tras de otro de los que nos encontrábamos en ese cañón a empujones íbamos saliendo, al salir note que el cañón no era tan profundo como creía , apenas unos tres metros y yo pensaba que había estado dentro de algo realmente muchos metros más profundo, tanto que llegue a pensar en que por ese cañón podía llegar a mi casa, , luego de ahí nos dirigieron hacia el camión,  ya arriba habían unos cinco mas, todos nos mirábamos y nadie decía nada, creo que no era el más asustado muchos de ellos se notaba lo analfabetas y sus manos de trabajadores de la tierra, afuera del camión la cara de los soldados  reflejaban alegría y sus labios mostraban una engalanada y cruel sonrisa llegamos a la ciudad capital, y nos encerraron en celdas de cuatro personas, fue a las 24 horas  después cuando volví a sentir el palpito del trabajar de mis neuronas, sentir como abogado en ansia de justicia, conocedor de la grosería, me dirigí a llamar respetuosamente al policía que para entonces nos cuidaba a unos escasos cien metros, se acerco   -le dije compa,  se rio y respondió – que! es que se le olvido que era guerrillero, - yo aludí  hermano yo tengo derechos mire déjeme llamar a mi familia yo soy abogado, y respondió –mmmm… bueno salga a ver, pero una sola llamada oyó aludió, el único numero que me sabía de memoria era el de mi madre y llame no contestaba, sentía que el mundo se desvanecía entre ese instante, mis pensamientos robaban entre números que no recordaba sin teléfono sin agenda no sabía a quién llamar deje deslizar mis dedos entre el teléfono  y marque al otro lado de la bocina se escucho un hola de una voz tosca y gruesa que seme hacía familiar, mi papa.. No lo deje hablar y lo aborde de una  diciéndole viejo estoy detenido y no se porque me acusan venga, el viejo como entre  extrañado y molesto me dijo donde esta, fue hay en donde recordé que no sabía ni donde estaba parado, y pregunte rápidamente, gire al mirar  al tipo de la celda que estaba a pocos pasos me respondió esta en los calabozos de la fiscalía, creo que mi padre alcanzo a escuchar y dijo allá, ya le caigo, Colgué y el policía me tomo entre el brazo y me dirijo de nuevo a la celda pequeña donde me acompañaban los campesinos y un señor mas que me preguntaba que si yo era guerrero y yo respondía que no, luego llego mi papa y me dejaron verlo sus lagrimas dejaban notar la tristeza y me decía como asustado creo que mucho más que yo, y muy extrañado y me preguntaba -que fue lo que paso? Y yo callado… le respondía- no se viejo no sé, luego añadió - si ve huevon ahora en lo que anda metido esta jodido, en ese momento sentí como si el ego y los recuerdos hubieran nacido  de nuevo, fue cuando recordé que apenas estaba terminando derecho y que era un estudiante que estaba en mi cama y que había dejado le computador prendido…un descanso enluto mi cuerpo volviéndome el director, productor y editor del oscuro sueño, no desperdicie momentos y de una abrí los ojos…ufff Creo que abrase a mi almohada como mi única compañía  y mi corazón como si hubiera renacido corría a salírseme, me levante dirigiéndome hacia el espejo del cuarto, tenía un par de lagañas en los ojos y el cabello destrozado en el rostro una marca por las sabanas y por la almohada, como sin creerlo y tan real sentía como el cuerpo pesado, me senté al borde de la mi cama  y note que el computador ya se había descargado lo conecte y abrió una página de Works y me senté a escribir analizando todo absolutamente todo, inicie el dando puntadas de lo afortunado que era , enseguida el estomago me hizo un giño y me desprendí del computador, me prepare un sandwich con un jugo de lulo y un par de hielos que como barcos nadaban dentro del bazo, luego de comer seguí en lo que estaba, y le di un giro comenzando  por mí, el temor, el miedo, la cobardía, la impericia en medio del climas del borde de delirio, de lo inmaduro no me había dejado de ver mas allá de mis narices como una persona lleno de mascaras como cualquier otra dejando las vestimentas entendiendo quien era y hasta donde podía llegar , fue ahí donde reflexione de quien eran estas personas, uno en medio de lujos de camas de colchones del amor de los queridos de las amistades estas a un que no sean verdaderas, de las cosas materiales y con un amplio camino por recorrer, dibujando el otro lado de la moneda, los rostros del sueño quizá no eran ajenos a los que hoy inundan las filas de los ejércitos revolucionarios, ellos que nada tienen que no mucho les pagan lejos de saber si conocer entre sus diccionarios la palabra dignidad, sin oportunidades, sin tierra para trabajar que es lo único que saben y ya acostumbrados a el olor  del hambre y el abrigo de las balas de la mano de la esperanza y convencidos de hacer lo bien para su país sin pensar en ellos solo recibiendo ordenes por la búsqueda de un cambio justo con las botas enlutadas y entre las manos un oxidado y viejo fusil día a día se levantan de una cama de guadua y muchos del colchón de la tierra tan solo cobijados por un pedazo de plástico y su diversión una caja de domino y unas cartas, luego gire la mirada asía el otro extremo una pensión a los veinte años al servicio , con posibilidades de estudio, prestamos , casa, mejores uniformes, con clubes para la diversión, juzgado por ellos mismos y por cometer delitos que producen sentencias risorias,  siendo llevados a  paraísos carcelarios , es donde me pregunte de parte de quien habría que estar….Caminando por largos senderos donde solo veía grandes hojas verdes, tallos negros altos y la punta de un fusil que se mesia lado a lado mientras descansaba sobre el lomo de el soldado de adelante, mis piernas en ellas unas botas sucias negras que nunca había visto, rostros paliduchos que carcomían las esperanzas de los compañeros, reflejando los sufrimientos y angustias, soldados hambrientos dejaban ver en silencio el esfuerzo por avanzar , Así pasaron largas jornadas y mis botas para entonces ya se atrasaban por doquier sobre la tierra en medio del pasto, como si mil kilómetros hubiéramos caminado, de mi cara goteaban enormes vasos de agua y no parábamos a descansar, se hacían ya largas horas, el pesado aire entraba y salía como huyendo de mis pulmones, mi hombro rojo inclinado por un arma aka 47 que nunca había ni tocado y para entonces pesaba más que yo mismo, en mi espalda un bolso verde a medio recogido, apretado como si el aire y el agua le tuvieren que pedir permiso para abordar, no sabía ni que había por dentro, como casi amaneciendo, un compañero anunciaba, llegamos y no había terminado la palabra cuando a lado y lado aparecieron rostros similares, algunos con botas negras de caucho y otros militares, y como una especie de fila desordenada íbamos adentrándonos entre ellos, que al parecer eran más o menos la cantidad similar a nosotros, una agua de panela y un pesado de pan duro eran un manjar en ese momento, arroje a un lado mi fusil y el maletín y me dedique al suculento descanso, pero antes como perro hambriento devore ese pan tosco y duro pero delicioso y esa agua de panela como si fuese cualquier gaseosa de ciudad , no había energía, tan solo la luz que apenas comenzaba arrojar su aviso que ya estaba amaneciendo, estire los pies y cerré los ojos. Sea delineado un mundo del que no tenía idea de su existencia, hasta ayer donde cada imagen me resulto un completo, otra vez caminando pero en medio de una carretera con unos zapatos casi rotos ,las raspaduras mostraban lo viejo que eran, una camisa como dos tayas más que la mía, un pantalón café sucio y de tela barata que no conjugaba con la vieja camisa, que de no ser por un cinturón este que traía la hebilla oxidada, bastaba con dos pasos para tenerlos en las rodillas, no sabía mi destino pero sin embargo miraba atrás por si un automóvil pasaba para sacarle la mano , ahí fue cuando note que entre dos bolsillos traían algo, deje deslizar mis manos, en medio de ellos un una bolsa como de color azul y blanco amarradas en la punta por un caucho, dejaban ver un manojo de billetes apenas pude apreciar mi rostro y una sonrisa se dibujaba entre mis labios y asombrado y sin respuestas de donde avían salido, solo solté la risa y revise el otro, y lo mismo era una buena cantidad, había dado ya tres pasos y sentí que había ya gastado todo, junto con mis neuronas, no sabía cuánto dinero era pero era bastante, ya no quería parar un carro y creo que pasaron como tres, por temor no quise, ahora solo pensaba en un teléfono para llamar un taxi o una camioneta para que me recogiera, al instante recordé que cargaba un bolso y de una lo arroje en medio de esa carretera destapada en medio de la tierra a ver si daba con la fortuna de hallar mas dinero, que desilusión me dio, cuando abriendo el broche se veía mi portátil y tres pantalones dos camisas y una toalla eran las únicas pertenencias, sin embargo cerré el broche y seguí adelante, no se cuanto tiempo paso pero al parecer descubrí que con plata no me daba hambre sin embargo donde hubiere visto una tienda la hubiera devorado toda, a unos quinientos metros visualizaba sobre una recta en la carreta como gente, supuse que eran campesinos y podían orientarme así que apresure el paso, sin embargo cuando más me acercaba más clara era la imagen , un pelotón de soldados  sobre un puente en medio de un reten, no me pareció problema para mí y seguí, -para donde va pregunto un soldado, era del ejército de Colombia,- y respondí ,para la casa soy de Neiva –y que hace usted por acá déjeme ver sus papeles  insistió … no respondí y no me pareció obstáculo buscar en medio de mi billetera mi cedula, se la pase y él soldado se aparto, no habían pasado diez minutos cuando a mi espalda se pararon tres soldados y de regreso el soldado que tenía mi cedula diciendo con voz hiriente y fuerte dejando ver un tono de ira – y la creía fácil no maricon guerrillero , yo me quede asombrado y le respondí que se estaba equivocando, para entonces mi rostro daba un giro y la preocupación me abordaba el aire se movía despacio y aun sin saber donde andaba mire así los lados y el brazo de uno de los soldados de atrás me cogió la maleta , y mi única reacción fue hacerme a un lado ellos, alzaron sus rifles a la altura de mis ojos y hay si supe que era miedo, para entonces no estaba esposado y ellos aun no me habían requisado solo me gritaban –quieto arrójese al suelo, asustado y  temeroso echaba hacia atrás asta tropezar con la baranda del puente mire atrás y un rio dejaba ver su caudal en medio de la altura, mientras se acercaban los soldados con el rifle apuntado no pensé y me arroje de espaldas ,el agua me arrastro unos kilómetros y a la orilla fui a dar, al ponerme de pie corrí como loco y sin saber por qué, no pensaba, mi estudio en el derecho me había abandonado, por que no había pensado en él para entonces, por mis neuronas solo pasaban en la astucia de escapar, después de correr por la orilla rio abajo encontré un caño por donde salía agua negra y parecía vomito, creo que tuve que haber dejado hay  medio intestino o por lo menos el atún y los huevos revueltos que me había hecho una muchacha que creo se llamaba Tania, esos que hasta sin sal y acompañados de pura agüita, hay quedo todo, al pasar los minutos sentí unos pasos como en marcha y me adentre al fondo del cañón, mi pantalón mojado mis zapatos rodeados de una sustancia  como barro y no quise en ese momento ni tocar y menos imaginar si era o no barro preferí intentar engañar mi mente al fondo una cuneta sin salida y con el agua hasta un poco más arriba de las rodillas me senté y intente esconderme, eran tres soldados  y una mujer que decía ese hp no se nos pudo escapar el anda por acá sigamos, con mi cabeza sumergida dentro del agua no podía escuchar mucho, lo que si me dio descanso fue que dieron la espalda y se marcharon, al pasar unos minutos  entraron corriendo 3 campesinos se le notaba por la vestimenta y muy asustados creo que igual o más que andaba yo, nunca los había visto y les pregunte -que paso?, uno respondió- están buscando gente para subirla a un camión creo que están buscando guerreros y a nosotros casi nos suben toco que salir corriendo no había terminado cuando detrás unas sombras cortaban el sonido del agua, entre nosotros en miedo y el silencio eran los aliados y cuando cinco soldados aparecieron diciendo- ratas hijueputas ratas las vamos a matar acá- ya perros, salgan a ver, ahora si no son machitos salgan volvía a gritar otro soldado mis labios que en otras ocasiones hubieran contestado el temor los paralizaban , no era el frio ni el olor nauseabundo pero brincaban el uno y el otro creo mis rodillas entunadas como si el agua convirtiese en cemento me encontraba pegado al piso, un soldado me agarro por arriba de la camisa y  me dio un puntapié empujándome asía la salida apenas mi musculo del muslo izquierdo sintió su bota de una me pare y como un perro de casa obedeciendo a todo, así uno tras de otro de los que nos encontrábamos en ese cañón a empujones íbamos saliendo, al salir note que el cañón no era tan profundo como creía , apenas unos tres metros y yo pensaba que había estado dentro de algo realmente muchos metros más profundo, tanto que llegue a pensar en que por ese cañón podía llegar a mi casa, , luego de ahí nos dirigieron hacia el camión,  ya arriba habían unos cinco mas, todos nos mirábamos y nadie decía nada, creo que no era el más asustado muchos de ellos se notaba lo analfabetas y sus manos de trabajadores de la tierra, afuera del camión la cara de los soldados  reflejaban alegría y sus labios mostraban una engalanada y cruel sonrisa llegamos a la ciudad capital, y nos encerraron en celdas de cuatro personas, fue a las 24 horas  después cuando volví a sentir el palpito del trabajar de mis neuronas, sentir como abogado en ansia de justicia, conocedor de la grosería, me dirigí a llamar respetuosamente al policía que para entonces nos cuidaba a unos escasos cien metros, se acerco   -le dije compa,  se rio y respondió – que! es que se le olvido que era guerrillero, - yo aludí  hermano yo tengo derechos mire déjeme llamar a mi familia yo soy abogado, y respondió –mmmm… bueno salga a ver, pero una sola llamada oyó aludió, el único numero que me sabía de memoria era el de mi madre y llame no contestaba, sentía que el mundo se desvanecía entre ese instante, mis pensamientos robaban entre números que no recordaba sin teléfono sin agenda no sabía a quién llamar deje deslizar mis dedos entre el teléfono  y marque al otro lado de la bocina se escucho un hola de una voz tosca y gruesa que seme hacía familiar, mi papa.. No lo deje hablar y lo aborde de una  diciéndole viejo estoy detenido y no se porque me acusan venga, el viejo como entre  extrañado y molesto me dijo donde esta, fue hay en donde recordé que no sabía ni donde estaba parado, y pregunte rápidamente, gire al mirar  al tipo de la celda que estaba a pocos pasos me respondió esta en los calabozos de la fiscalía, creo que mi padre alcanzo a escuchar y dijo allá, ya le caigo, Colgué y el policía me tomo entre el brazo y me dirijo de nuevo a la celda pequeña donde me acompañaban los campesinos y un señor mas que me preguntaba que si yo era guerrero y yo respondía que no, luego llego mi papa y me dejaron verlo sus lagrimas dejaban notar la tristeza y me decía como asustado creo que mucho más que yo, y muy extrañado y me preguntaba -que fue lo que paso? Y yo callado… le respondía- no se viejo no sé, luego añadió - si ve huevon ahora en lo que anda metido esta jodido, en ese momento sentí como si el ego y los recuerdos hubieran nacido  de nuevo, fue cuando recordé que apenas estaba terminando derecho y que era un estudiante que estaba en mi cama y que había dejado le computador prendido…un descanso enluto mi cuerpo volviéndome el director, productor y editor del oscuro sueño, no desperdicie momentos y de una abrí los ojos…ufff Creo que abrase a mi almohada como mi única compañía  y mi corazón como si hubiera renacido corría a salírseme, me levante dirigiéndome hacia el espejo del cuarto, tenía un par de lagañas en los ojos y el cabello destrozado en el rostro una marca por las sabanas y por la almohada, como sin creerlo y tan real sentía como el cuerpo pesado, me senté al borde de la mi cama  y note que el computador ya se había descargado lo conecte y abrió una página de Works y me senté a escribir analizando todo absolutamente todo, inicie el dando puntadas de lo afortunado que era , enseguida el estomago me hizo un giño y me desprendí del computador, me prepare un sandwich con un jugo de lulo y un par de hielos que como barcos nadaban dentro del bazo, luego de comer seguí en lo que estaba, y le di un giro comenzando  por mí, el temor, el miedo, la cobardía, la impericia en medio del climas del borde de delirio, de lo inmaduro no me había dejado de ver mas allá de mis narices como una persona lleno de mascaras como cualquier otra dejando las vestimentas entendiendo quien era y hasta donde podía llegar , fue ahí donde reflexione de quien eran estas personas, uno en medio de lujos de camas de colchones del amor de los queridos de las amistades estas a un que no sean verdaderas, de las cosas materiales y con un amplio camino por recorrer, dibujando el otro lado de la moneda, los rostros del sueño quizá no eran ajenos a los que hoy inundan las filas de los ejércitos revolucionarios, ellos que nada tienen que no mucho les pagan lejos de saber si conocer entre sus diccionarios la palabra dignidad, sin oportunidades, sin tierra para trabajar que es lo único que saben y ya acostumbrados a el olor  del hambre y el abrigo de las balas de la mano de la esperanza y convencidos de hacer lo bien para su país sin pensar en ellos solo recibiendo ordenes por la búsqueda de un cambio justo con las botas enlutadas y entre las manos un oxidado y viejo fusil día a día se levantan de una cama de guadua y muchos del colchón de la tierra tan solo cobijados por un pedazo de plástico y su diversión una caja de domino y unas cartas, luego gire la mirada asía el otro extremo una pensión a los veinte años al servicio , con posibilidades de estudio, prestamos , casa, mejores uniformes, con clubes para la diversión, juzgado por ellos mismos y por cometer delitos que producen sentencias risorias,  siendo llevados a  paraísos carcelarios , es donde me pregunte de parte de quien habría que estar….   

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miércoles, 20 de julio de 2011

LA INDEPENDENCIA DE LA CORONA ESPAÑOLA Y LA RECOLONIZACIÓN DE WASHINGTON


Hijueputas ratas!!!  Serian las palabras expulsadas  de los labios de un campesino que mostrarían el desagravio de la explicación del asalto perpetuado de parte del país europeo. ya han pasado 201 años desde el golpe realizado a la corona española exigiendo la libertad, esta  que a un no hemos podido ni sentir el olor y menos el sabor de dicha palabra , significados que bailotean entre diccionarios y para nuestro país es un símil a un mito celeste. . Dice la historia oficial que un grupo de aristócratas criollos necesitaba un florero para adornar el salón donde se rendiría homenaje a un visitante de la monarquía, y lo pidieron prestado a un aburguesado español. Este les dijo que no. El grupo se indignó enormemente, empezando a vociferar. Siendo un día de mercado, las gentes se fueron arremolinando por curiosidad. De un momento a otro los aristócratas sacaron a relucir las contradicciones que tenían con la Corona. Los ánimos se fueron caldeando, siendo la gente del pueblo la que exigió el redactar un acta de separación del dominio español, incluyendo la expulsión y hasta la cabeza de las ratas  representantes de Su Majestad. Pero lo del florero no tenía por qué dar para tanto. El interés fundamental que tenían estos hijos de europeos nacidos en  nuestras tierras, tierras que en ese momento eran el motín de usura de la Corona, estos pretendían que les dieran total reconocimiento social y político. Aspiraban a seguir como borregos del rey y tener el  ancho del país para saciar sus bolsillos. Estos aunque eran parte de la élite económica e intelectual, se les tenían apartados de los altos cargos estatales y de la jerarquía eclesiástica. Al final de aquel veinte de julio, ante la efervescencia reinante, se creó una junta de notables que suscribió un acta. Ese manifiesto hablaba de “soberanía del pueblo” pero declaraba como autoridad suprema al déspota Fernando VII, rey de España. Y de los firmantes, ninguno era de la plebe, se encomendaban a la autoridad eclesial, mientras que al “excelentísimo señor” virrey se le rogaba tomar “el empleo que le ha conferido el pueblo de presidente de esta Junta”. Bajo la presión del pueblo, días después se levantó un Acta de Emancipación y se expulsó al virrey. Pero el recelo de la casta dominante era tanto que la Junta decidió “se declarará como reo de traición a quien convocase al pueblo” a la subversión armada. Los hechos superaron a los deseos oficiales porque la insurrección popular estaba desatada y el proceso emancipador se había iniciado en otras regiones del país. Sucedió en todas las ex colonias del Nuevo Mundo. Asia poco de la sedación del sabañón, del hongo español y aun desangrando Colombia cayó en poder de la Corona británica, quien no pretendía posesionarla territorialmente los préstamos, al mejor estilo usurero, realizados para financiar buena parte de las gestas libertarias, así como otros posteriores, crearon la dependencia necesaria que necesitaba Londres para tener acceso a las inmensas riquezas y al mercado para sus manufacturas. Este imperio (Washington) también fijó sus ojos en estos territorios. Nación independizada en 1776, había ya aprendido las mañas amponas de la usura buena parte del desarrollo industrial, mercantil y, sobretodo, el alma negra imperial de Inglaterra, su “madre patria”. Con la compra de Thomas Jefferson a Napoleón Bonaparte del territorio de Luisiana, en 1803, y la invasión de los territorios españoles de las Floridas occidentales, en 1810 en nuestra tierra, empezó su vil carrera  expansionista a provechando el desangre perpetuado de la corona. Ya era tarde cuando España comprendió los planes estadounidenses tendidos sobre sus colonias. En abril de 1812 Luis de Onís, representante de la Corona en Washington, dirigió una misiva al virrey en México: Los medios que se adoptan para preparar la ejecución de este plan son los mismos que Bonaparte y la República Romana adoptaron para tomar sus conquistas: la seducción, la intriga, los emisarios, sembrar y envenenar las sediciones en nuestro continente, favorecer la guerra civil y dar auxilios en armas y municiones a los insurgentes…Se enviaron emisarios para hacer que aquellos incautos habitantes formasen una Constitución y declararan su independencia ...Cualquiera diría que se escribió hoy. No fue gratuito que en 1819, en plena lucha por acabar con los reductos militares españoles, se recibiera oficialmente en WASHINGTON a un enviado de SIMÓN BOLÍVAR que requería préstamos, armas y reconocimiento. Algo material le fue dado. En 1822, el presidente James Monroe reconoce a la nueva nación, estableciendo una representación diplomática y comercial en Bogotá, actitud seguida por Inglaterra, Francia y otras naciones europeas. El 2 de diciembre de 1823 el presidente MONROE advirtió que el continente americano.

 “no puede ser sujeto de una futura colonización por ninguna potencia europea… Consideramos toda tentativa de su parte de tomar posesión de alguna porción de este hemisferio como peligrosa para nuestra paz y seguridad… América para los americanos”.

El Libertador SIMÓN BOLÍVAR, conociendo la  sed de usura de las potencias europeas, llama en 1826 a un Congreso en la provincia colombiana de Panamá. Él anhelaba crear la unidad de naciones americanas que potenciara una fuerza de defensa, así como brindar el apoyo a Cuba y Puerto Rico para que se independizaran de España. Pero Estados Unidos boicoteó el Congreso con su no presencia, y al tiempo complotó con Inglaterra para que evitara la asistencia de Argentina y Brasil. En ese momento el Libertador comprueba el real significado de la estrategia maligna del imperio: América era el continente, pero “americanos” solo eran ellos, los estadounidenses. Así, con el pretexto de luchar contra el colonialismo europeo, Estados Unidos sometería a las naciones latinoamericanas. Para 1829 los oscuros planes de Washington eran tan claros que Bolívar expresa:

“ESTADOS UNIDOS PARECE DESTINADO POR LA PROVIDENCIA PARA PLAGAR LA AMÉRICA DE MISERIAS A NOMBRE DE LA LIBERTAD.”

Los ideales unitarios bolivarianos terminaron por estrellarse ante los intereses de los clanes oligárquicos criollos, y su servilismo hacia las potencias extranjeras. El gran sueño de Bolívar de construir la Federación de Estados Unidos de América del Sur…
El 17 de diciembre de 1830 el Libertador moriría en la caribeña Santa Marta abandonado, enfermo y atribulado por las sangrientas confrontaciones partidistas.
Hoy veinte de julio de 2011 con las rodillas inflamada, la cabeza jorobada, en alma sin esperanza, aportas de legalizar la recolonización del imperio (WASHINGTON) por medio de un T.L.C, imperio que aun continua con su ansia arrasadora de usura, con sed de miseria, con aliento explotador, de mano de la oligarquía colombiana con su sistema demagógico heredado de las oscuras lacras dominantes…

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lunes, 18 de julio de 2011

Comienza juicio contra ex congresista César Pérez por masacre de Segovia


La Corte Suprema de Justicia inició el juicio contra el ex representante a la Cámara de Antioquia, CÉSAR PÉREZ GARCÍA , por los delitos de homicidio múltiple agravado, lesiones personales múltiples agravadas, concierto para delinquir y daño en bien ajeno.

El alto tribunal aclaró que hizo uso de las convenciones y tratados internacionales para adelantar este proceso en el que se relaciona al congresista con la masacre de más de 50 personas, ocurrida en 1988.

La Corte Suprema explicó que no se trata de una imputación directa por lesa humanidad, sino delitos contemplados en Colombia que posteriormente fueron calificados de genocidio, como la muerte sistemática de integrantes del partido de la Unión Patriótica.



La masacre de Segovia

La masacre de Segovia (Antioquia) ocurrió el 11 de noviembre de 1988 cuando varios paramilitares al mando de los hermanos Fidel y Carlos Castaño Gil, ingresaron en completo sigilo durante la noche a la Plaza Central del municipio; posteriormente se dirigieron a la Alcaldía para amenazar a la mandataria local, Rita Tobón, junto a su colaboradores y luego recorrieron toda la población matando a todas las personas que aparecían en una lista como "supuestos auxiliadores de la guerrilla". 

En total fueron 43 víctimas mortales, y aunque en principio se creyó que la responsabilidad de la masacre fue de las Farc, tal como lo indicó el ex comandante de la XIV Brigada, general Raúl Rojas Cubillos, la versión perdió fuerza teniendo en cuenta la filiación política de la alcaldesa, quien ganó las elecciones por la Unión Patriótica; por su parte el entonces gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancourt, calificó en su momento la acción como “la más vergonzosa manifestación de violencia”.

La Corte Suprema de Justicia decidió indagar a fondo sobre el hecho y 22 años después entrevistó a los responsables de la matanza detenidos en cárceles de Estados Unidos para establecer que políticos habrían sido determinadores de la misma, de esta manera se esclareció la posible responsabilidad del excongresista CÉSAR PÉREZ GARCÍA en cuya finca ubicada en el municipio de Olaya (Antioquia), en 2008, fiscales de Justicia y Paz hallaron una fosa con los posibles restos de un joven que desaparecieron los paramilitares durante la macabra incursión.


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Mensaje a los campesinos

Camilo Torres

Mensaje a los campesinos
De acuerdo con los censos, la población campesina ha disminuido. Sin embargo, en ellos se considera que la población que vive en los centros urbanos de más de mil quinientos habitantes es población urbana. En realidad eso no es así. Podemos decir que la mayoría de la población colombiana es rural.
Además de la cantidad, lo más importante es que el mayor aporte al ingreso nacional lo hacen los campesinos. El 90 por ciento de las exportaciones son agrícolas (café, banano, tabaco, azúcar). Sin agricultura no tendríamos forma de importar máquinas ni la comida que nos falta. Desgraciadamente el aporte de los campesinos, como todo en ese sistema, no sirve sino para unos pocos. Los que manejan las federaciones (de cafetaleros, de algodoneros, la United Fruit, de bananeros, de tabacaleros, etc.) y los que manejan los bancos (especialmente el banco de la república) concentran todas las ganancias. Las ganancias que aprovecha el gobierno se emplean en lo que éste llama "funcionamiento", es decir en pagar empleados (que se han duplicado para conservar la paridad) y para comprar armas viejas, para matar a los campesinos que han dado el dinero para comprarlas.
En contraste entre la importancia económica y social de los campesinos y el trato que reciben del presente sistema es manifiestamente escandaloso. La violencia ha sido principalmente campesina. El gobierno fue el iniciador de la violencia; desde 1947 fue el que produjo con la policía primero y con el ejército después, desde 1948.
Los oligarcas liberales pagaban a los campesinos liberales y los oligarcas conservadores pagaban a los campesinos conservadores para que los campesinos se mataran entre sí. A los oligarcas no les hicieron ni un rasguño. Cuando la oligarquía no necesitó más de ellos, los declaró bandoleros, los cazó "como a fieras" y luego, cuando los asesinó, publicó fotos de sus cadáveres en la primera página de la gran prensa haciendo alarde del triunfo obtenido en nombre de la paz, la justicia y la legalidad.
Esa violencia gubernamental y financiada por las oligarquías después enseñó muchas cosas a los campesinos: les enseñó a reconocer en la oligarquía a su verdadero enemigo. Los enseñó a huir primero. Defenderse después y les enseñó a atacar para obtener lo que las oligarquías obtenían con la violencia: fincas, cosechas, ganado, poder. Estas cosas no se las daba el sistema. Todo lo contrario. Los salarios más bajos, el menor número de escuelas, las peores viviendas, las menores posibilidades de progresar, las tienen los campesinos.
Cuando acabaron con los cabecillas notorios quedaban zonas campesinas controladas por los mismos agricultores.
La política represiva de los estados Unidos impuesta a sus gobernantes, los gobernantes colombianos, no podía permitir zonas "sospechosas" aunque fueran pacíficas. El ejército necesitaba aumentar su importancia, para mostrar que era necesario y aumentar su presupuesto.
El Gobierno dice que los campesinos iniciaron la violencia. Los campesinos dicen que fue el gobierno. En Francia intelectuales de todas las corrientes, después de haber investigado, dicen que los campesinos tienen la razón.
Yo quiero retar al gobierno, para que pida, si se atreve, una comisión investigadora a las Naciones Unidas, constituida por países neutrales para que juzguen los casos de Marquetalia, Pato, Guayabero y Río Chiquito.
Sabemos que la similitud del desembarco de los "marines" en Santo Domingo son los desembarcos del ejército colombiano, dirigidos por la misión militar norteamericana en las "repúblicas independientes".
Estos desembarcos continuarán. Ayer, en Río Chiquito, mañana Sumapaz, pasado mañana el Ariari y los Llanos. El ejército empieza con la acción cívico militar y acaba con los bombardeos, empieza sacando muelas y acaba metiendo bala. Los campesinos ya saben que los militares llevan una mano adelante con el pan y otra atrás con el puñal. La "república independiente" de Colombia seguirá obedeciendo a los norteamericanos para que destruya a sangre y fuego las otras repúblicas de colombianos independientes. Así lo ha decretado la Cámara norteamericana. Nuestros campesinos, ya saben a qué atenerse. Ya saben para qué se tienen que preparar. Ellos no se lanzan a una aventura pero no rehúyen la lucha. Ya la oligarquía, con el estado de sitio, ha sacado al pueblo a las plazas públicas. Ya lo persigue con ametralladoras en recintos cerrados, como en Medellín. Cuando nos haga la vida imposible en la ciudad, tenemos que ir al campo. Y del campo no podemos botarnos al mar. Allí tendremos que resistir. Para eso debe prepararse el campesino, organizando ahora los comandos del Frente Unido con grupos de cinco o de diez. Purificando las zonas de traidores a la causa del pueblo. Haciendo depósitos de comida y de ropa. Preparándose para esa lucha prolongada. No dejándose provocar, ni presentar resistencia cuando las condiciones sean desfavorables para el pueblo.
La oligarquía seguirá reafirmando a los campesinos en su convencimiento de que tienen que apoyar a las fuerzas revolucionarias. ¿Por qué no se han acabado con la guerrilla de Simacota? Únicamente por el apoyo de los campesinos.
Cuando la oligarquía no deje otro camino, los campesinos tendrán que darnos refugio a los revolucionarios, a los obreros y estudiantes.
Por el momento deben unificarse y organizarse para recibirnos con el fin de emprender la larga lucha final.

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miércoles, 13 de julio de 2011

Mensaje a la oligarquía

Camilo Torres

Dirigir un mensaje a los que no quieren ni pueden oír es un deber penoso. Sin embargo, es un deber, y un deber histórico, en el momento que la oligarquía colombiana quiere llegar a hacer culminar su iniquidad en contra de la patria y en contra de los colombianos.
Durante más de 150 años la casta económica, las pocas familias que tienen casi toda la riqueza colombiana, ha usurpado el poder político en su propio provecho. Ha usado todas las artimañas y trampas para conservar ese poder engañando al pueblo.
Inventaron la división entre liberales y conservadores. Esta división, que no comprendía el pueblo, sirvió para sembrar el odio entre los mismos elementos de la clase popular. Esos odios ancestrales transmitidos de padres a hijos han servido únicamente a la oligarquía. Mientras los pobres pelean, los ricos gobiernan en su propio provecho. El pueblo no entendía la política de los ricos, pero toda la rabia que sentía por no poder comer ni poder estudiar, por sentirse enfermo, sin casa, sin tierra y sin trabajo, todo ese rencor lo descargaban los liberales pobres contra los conservadores pobres y los conservadores pobres contra los liberales pobres. Los oligarcas, los culpables de la mala situación de los pobres, miraban felices los toros desde la barrera, ganando dinero y dirigiendo el país. Lo único que dividía a los oligarcas liberales de los oligarcas conservadores era el problema de la repartición del presupuesto y de los puestos públicos. El presupuesto nacional, las rentas públicas, no alcanzaban para dejar satisfechos a los oligarcas conservadores y liberales reunidos. Por eso peleaban para llegar al poder; para saldar las cuentas electorales dándole puestos públicos a los gamonales adictos y repartirse el presupuesto excluyendo totalmente a los del otro bando político.
Cuarenta años los liberales no tuvieron puestos y después les sucedió otro tanto a los conservadores durante 16 años. Las diferencias políticas y religiosas ya habían cesado. Ya no se peleaba entre los oligarcas sino por la plata del gobierno y por los puestos públicos. Mientras tanto, el pueblo se daba cuenta de que su lucha por el partido liberal o por el partido conservador lo hundía cada vez más en la miseria. Los ricos no se daban cuenta de que el pueblo estaba harto de ellos. Cuando apareció Jorge Eliécer Gaitán enarbolando la bandera de la restauración moral de la República, lo hizo tanto en contra de la oligarquía liberal como de la conservadora. Por eso las dos oligarquías fueron antigaitanistas. La oligarquía liberal se volvió gaitanista después que la oligarquía conservadora mató a Gaitán en las calles de Bogotá.
Ya iniciada en el camino de la violencia para conservar el poder, la oligarquía no parará en el uso de esa violencia. Puso a los campesinos liberales a que se mataran con los conservadores. Cuando la agresividad, el odio y el rencor de los pobres se desbordaron en una lucha entre los necesitados de Colombia, la oligarquía se asustó y propició el golpe militar. El gobierno militar tampoco sirvió en forma suficientemente eficaz a los intereses de la oligarquía. Entonces el jefe de la oligarquía liberal, doctor Alberto Lleras Camargo, y el jefe de la oligarquía conservadora, doctor Laureano Gómez, se reunieron para hacer un examen de conciencia y se dijeron: "Por estar peleando por el reparto del presupuesto y del botín burocrático, casi perdemos el poder para la oligarquía. Dejémonos de pelear por eso haciendo un contrato, dividiéndonos el país como quien se divide una hacienda, por mitad, entre las dos oligarquías. La paridad y la alternación nos permiten un reparto equitativo y así podemos formar un partido nuevo, el partido de la oligarquía." Así nació el Frente Nacional como el primer partido de clase, como el partido de la oligarquía colombiana.
El pueblo vuelve a ser engañado y concurre a las elecciones a votar el plebiscito, a votar por Alberto Lleras, por el Frente Nacional. El resultado, naturalmente, fue peor: ahora era la oligarquía unida la que gobernaba en contra del pueblo. Por eso todo lo que esperaban los colombianos salió al contrario. El Frente Nacional ofreció paz y los campesinos siguen siendo asesinados; se realizaron matanzas obreras de los azucareros y de Santa Bárbara, se invadieron las universidades y se aumentó el presupuesto de guerra.
El Frente Nacional dijo que remediaría la situación financiera, y duplicó la deuda externa produciendo tres devaluaciones (hasta ahora) y con ellas la miseria del pueblo colombiano por varias generaciones. El Frente Nacional dijo que haría la reforma agraria, y no hizo sino dictar una ley que garantiza los intereses de los ricos en contra de los derechos de los pobres.
Le impuso al país un candidato inepto para la presidencia de la República. El Frente Nacional logró la mayor abstención electoral de nuestra historia y ahora, ante su fracaso total, ¿qué está haciendo la oligarquía?
Vuelve a recurrir a la violencia. Declara el estado de sitio. Legisla por decreto. Vende el país a los Estados Unidos. Se reúne en un lujoso hotel y decide sobre el próximo presidente. Desde los salones resuelven sobre el país entero. Están completamente ciegos.
Como último grito de alarma quiero decirles:
Señores oligarcas, el Pueblo ya no les cree nada a ustedes. El Pueblo no quiere votar por ustedes. El Pueblo está harto y desesperado. El Pueblo no quiere ir a las elecciones que ustedes organicen. El Pueblo no quiere a Carlos ni Alberto Lleras ni a ninguno de ustedes. El Pueblo está sufriendo y resuelto a todo. El Pueblo sabe que ustedes también están resueltos a todo. Por eso les pido que sean realistas y que si quieren engañar al Pueblo con nuevas componendas políticas, no vayan a creer que el Pueblo les va a tener fe. Ustedes saben que la lucha irá hasta las últimas consecuencias. La experiencia ha sido tan amarga que el Pueblo ya está decidido a echar el todo por el todo. Desgraciadamente los oligarcas aislados, ciegos y orgullosos parecen no querer darse cuenta de que la revolución de las masas populares colombianas no parará ahora sino hasta lograr la conquista del poder para el Pueblo.
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EL PENSAMIENTO CRÍTICO NO ES TERRORISMO

no ala política de seguridad democrática